Los surcos nasogenianos son unas de las primeras líneas de expresión que aparecen en el rostro, empiezan el lado de las aletas de la nariz y terminan en las comisuras de los labios o un poco más a bajo, dependiendo de la edad, ya que se va haciendo más largo a medida que envejecemos. Estos son debidos a la cantidad de músculos que tenemos en la boca y los movimientos que realizamos al sonreír. Su aparición provoca que este área facial adquiera un aspecto más envejecido.

Para corregir los surcos nasogenianos realizamos una técnica específica donde se aporta volumen en la zona donde este ha disminuido y resistencia en la parte donde la piel se encuentra más débil. Con esta técnica combinada prevenimos el relleno en exceso y por lo tanto la obtención de resultados antiestéticos y proporcionamos al rostro de un aspecto descansado y rejuvenecido.

En función de la profundidad del surco nasogeniano, pueden ser necesarias varias sesiones espaciadas en 2 o 3 meses. Los resultados pueden llegar a durar hasta 18 meses, ya que el cuerpo va reabsorbiendo la sustancia inyectada, aunque el ácido hialurónico nunca desaparece en un 100%.