Los efectos del calor, del frío, la influencia del tabaco o el alcohol, los hábitos alimentarios y/o de la edad, entre otros, provocan la falta de brillo y firmeza en nuestro rostro. Por eso, es necesario cuidar la piel todo el año. Las cremas comerciales tienen un nivel de concentración de principios activos muy baja en comparación a las vitaminas inyectables.

Esto convierte a este tratamiento el perfecto aliado para mantener nuestra piel a raya y mantenerla fresca e hidratada.

Las vitaminas faciales son una combinación de ácido hialurónico y un complejo multivitamínico revitalizante que incluye vitamina A, B1, B2, B3, B4, B5, B6, B12, C, E, coenzimas, 23 aminoácidos azufrados, minerales, ácidos nucleicos y antioxidantes, que dotan a la piel de máxima hidratación, nutrición y luminosidad al instante.

Por norma general se recomiendan 3 sesiones de choque separadas entre ellas por dos semanas para obtener unos resultados óptimos. En pieles jóvenes los cambios pueden ser muy notables con una sola sesión. Una vez finalizado este primer ciclo, se puede repetir una vez cada tres meses, cada seis meses o una vez al año. 

El procedimiento es mínimamente invasivo e indoloro, se realizan unas microinyecciones en diferentes puntos del rostro para reactivar el metabolismo biológico de los fibroblastos, haciendo que la piel recupere gran parte de su frescura. Es un tratamiento de nutrición dérmica y tiene una duración de aproximadamente 15 minutos.